Libros sobre el poder transformador de la ficción, recomendados por Domenico Starnone
El autor italiano publica ‘El viejo en el mar’, una novela sobre la vejez y la memoria.

Un escritor que pasa ya de los 80 años y la mujer veinteañera que ve pasar por la playa cada día es el germen de El viejo en el mar, la nueva novela de Domenico Starnone. El napolitano, uno de los autores vivos más importantes en lengua italiana -también según algunos, la posible pluma o plumas detrás de las novelas de la enigmática Elena Ferrante, aunque eso es otra historia-, nos embarca así en un libro sobre la vejez, el deseo y cómo la memoria se infiltra en el presente para reconfigurarlo cuando ya se tiene más pasado que futuro. Paralelamente, también se ha publicado en español una de sus obras más celebradas, Via Gemito, Hablamos de todo ello y, además, nos recomienda varios libros sobre el poder transformador de la ficción.
Video: entrevista y libros recomendados de Domenico Starnone

Para Starnone, El viejo en el mar surge de una necesidad, “la necesidad de hablar sobre el paso de los años”, cuenta en esta entrevista. Pero incluye un matiz esencial: “Más que sobre el hecho de hacerse mayor, quería hablar sobre el proceso de envejecimiento. También sobre la pérdida, Y también, sobre la pérdida no solo de las energías, en el caso del escritor de las energías creativas, sino también de las habilidades, como si todo lo que se había aprendido a hacer, de repente, comenzase a ceder”.

Para ello nos presenta a Nicola Gamurra, un escritor con el que tiene una edad en común, pero que en este caso comienza a notar que pierde sus facultades, no solo creativas sino física. “Este escritor borra lo que escribe continuamente, está siempre descontento, así que este libro es sobre la pérdida, sobre una rodilla o una espalda que duele, pero también sobre la pérdida de la propia capacidad de escribir”.
La vejez reflejada en la juventud
La vejez de Gamurra se contrapone con la juventud y las incógnitas que asolan a Lu, una joven que ve cada día en la playa y con la que comienza a dialogar, y sobre la que Gamurra empieza a proyectar la imagen de su propia madre. En uno de sus diálogos, la joven le pregunta al anciano cuándo se deja de desear. “La chica se lo pregunta como si el deseo ya la hubiera consumido, como si ya la hubiese envejecido. En un momento ella dice ‘el deseo me agota’. El viejo le responde que, desgraciadamente, no se deja nunca de desear. Lo que cambia es el cuerpo que tiene esos deseos. Las energías no son las mismas que se tienen cuando eres joven y, además, los viejos tienen que tener en cuenta un presente que no tiene futuro, que no genera futuro. No generar futuro significa también saber que no hay tiempo para realizar esos deseos, no es posible ponerlos en perspectiva. Eso lo cambia todo y da a la vejez un dramatismo de la existencia que no percibimos ni de jóvenes ni en la madurez”.
Los viejos de hoy damos mucha importancia a la apariencia y escondemos la sustancia
El viejo en el mar juega desde su título con la novela de Hemingway, El viejo y el mar, que Starnone contrapone con su personaje octogenario. “El viejo de Hemingway probablemente fue pensado por él como alguien de la misma edad con la que lo escribió, poco más de 50 años”, apunta el autor napolitano. “La consecuencia es que Santiago, el viejo pescador, es un hombre todavía fuerte. Cuando pesca con un enorme pez y un tiburón empieza a devorarlo, él lucha con todas sus fuerzas. El viejo, como lo represento yo, es un viejo en el que esta energía no existe más que como una ficción. Nosotros, los viejos de hoy, damos mucha importancia a la apariencia y escondemos la sustancia”.
Memoria y presente
Otro aspecto del viejo de Starnone tiene que ver con el pasado, y cómo reconfigura el presente. “Una característica de la vejez, en mi opinión, es que la ausencia de futuro, no tener una visión se acompaña de otro fenómeno, el presente se llena de pasado”, apunta. “La vejez, en el caso de mi personaje, se manifiesta por el trabajo que hace como escritor en una especie de pérdida de confines entre lo que se imagina, lo que ya ha pasado y lo que realmente está sucediendo. Si en mi pasado la persona más importante, la que me obsesionó continuamente, es mi madre, puedo dar vida a mi madre fantaseando que mi madre está dentro del cuerpo de esa mujer joven. El juego, entonces, se convierte no en lo que sucederá en el futuro, sino en lo que se puede hacer que suceda en el presente sirviéndose de los materiales del pasado”.
El ser humano tiene una necesidad absoluta de contar y de ser contado.
El viejo en el mar coincide en las librerías con la publicación de Via Gemito, una de sus obras mayores. En ella, nos presenta a un joven ferroviario convencido de tener un gran don para la pintura que nadie a su alrededor parece apreciar, lo que le causa una gran frustración que se traduce en violencia. El acto creativo se introduce así en la narración, al igual que el anciano escritor de su última obra. “En mis libros, o al menos los que he escrito en los últimos treinta años, hay historias, hay protagonistas, pero también está el movimiento de la propia historia, el mecanismo creativo puede convertirse en el objeto de la narración”, señala. “¿Por qué esto es importante? Porque en realidad es el núcleo del ser humano. El ser humano tiene una necesidad absoluta de contar y de ser contado. Y no se entiende bien si la necesidad de contar es más fuerte, o lo es la necesidad de ser contado”.
Para Starnone, estamos en un momento histórico en el que el autor ha entrado a formar parte de la propia narración que nos presenta. “Quien escribe quiere también contarse a sí mismo. Pienso, por ejemplo, en las novelas de Emmanuel Carrère”, apunta. “Él narra la historia de alguien pero, mientras lo hace, también se narra a sí mismo. Esa necesidad de fundir al autor que cuenta y se cuenta, se está convirtiendo en una característica de la escritura en todas partes. Diría, entonces, que poner al centro personas que, en el caso de Via Gemito, pintan desesperadamente porque nadie le otorga crédito a su fuerza creativa, o a un señor que ha escrito durante buena parte de su vida y que, sin embargo, está descontento con resultado, cuenta mucho de los tiempos en los que estamos viviendo. La mayor preocupación del hombre medio y de la mujer media cultivados es encontrar una forma, algo que les dé una identidad narrada o narrable”.
Libros sobre el poder transformador de la ficción, recomendados por Domenico Starnone
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Primero de todo, la Odisea, leerla y leerla de nuevo, porque es el texto que genera todos los textos. No hay lugar en la Odisea que no se utilice para razonar los textos de hoy, o simplemente las técnicas narrativas. La odisea es la inventora del llamado flashback. Se empieza en un tiempo, se vuelve atrás… la Odisea lo tiene todo.
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Creo que hay que leer Balzac. Balzac está lleno de historias y personajes que aún pertenecen a nuestro tiempo en muchos aspectos. Si piensas, por ejemplo, en un libro como Las ilusiones perdidas o Papá Goriot, si piensas en el personaje de Lucien o de Rastignac, estos jóvenes que quieren realizarse a cualquier precio, y que al final se dispersan, mueren, eso es aún nuestro tiempo, es aún un sueño de plena realización.
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El tercer libro es de un italiano de gran genio, que es Ettore Schmitz, quien escribía con el pseudónimo de Italo Svevo. Italo Svevo es autor de un libro que hoy, con un siglo de distancia, aún no hemos digerido plenamente, porque es un libro ardientemente revolucionario, un libro que rompe con el bloque compacto de la tercera persona, insertando una primera persona pero que se manifiesta de manera muy ambigua, que cuenta cosas como si se confesase, pero rompe cualquier vínculo de verdad, y muchas veces miente, en cierto punto es como apuntes de un yo diarístico, en los que contradice al yo que se ha confesado a su psicoanalista. Es un personaje absolutamente nuevo en el que la misma identidad del narrador no está completamente definida. Svevo, cuando le preguntaron si era una autobiografía, y esto también nos habla mucho del momento en que la autoficción está por todos lados, cuando se lo preguntaron Svevo respondió que sí, es una autobiografía, pero de otra persona.