Libros sobre el placer de contar historias, recomendados por Maribel Riaza
La autora de 'La voz de los libros' nos lleva a un viaje por la oralidad de la literatura.

Durante siglos, las historias se transmitían de viva voz. La lectura como acto introspectivo era minoritaria, mientras que las lecturas públicas o familiares eran la manera en la que se propagaba la literatura. En ese pasado oral indaga Maribel Riaza en La voz de los libros, un recorrido histórico por la manera en la que las historias se contaban antes de ser leídas. Hablamos con ella de esta obra y nos recomienda libros sobre el placer de contar historias.
Video: entrevista y libros recomendados de Maribel Riaza

Cuenta Maribel Riaza que el interés por la oralidad en la literatura le llegó a través de su trabajo. “Desde hace 8 años llevo trabajo en Storytel, la plataforma de audiolibros. Yo antes no había escuchado audiolibros más allá de esos cassettes que escuchábamos cuando éramos pequeños con cuentos populares. Y a partir de ahí descubrí un nuevo mundo, una nueva forma de acceder a la literatura”, explica. “Comencé en ferias del libro, en mesas redondas, diciendo que esta era una nueva forma de leer, de acercarse a los libros, algo muy innovador y muy nuevo. Pero empecé a recopilar historias y anécdotas de cómo se había leído a lo largo de toda la historia y precisamente de lo que me di cuenta fue de lo contrario, que leer en voz alta no era nada nuevo”.
Historias que se escuchan
A través de la investigación, Riaza fue recogiendo testimonios e historias sobre la tradición oral. “Descubrí, por ejemplo, que una ánfora que está en el Museo Británico de Londres, en la cual aparece un señor barbado con una toga, con un bastón, tiene aparece un bocadillo, tal y como aparece en las novelas gráficas o en los cómics, en el cual pone “Érase una vez…”. Una expresión de hace más de 5.000 años que seguimos utilizando hoy en día cuando contamos un cuento. A partir de ahí empecé a investigar cómo se leía en la Antigüedad, en la Edad Media, fui haciendo todo un recorrido por el siglo de Oro, el siglo XVIII, XIX hasta llegar al siglo XX. Descubrí, entre otras cuestiones, que había existido la figura del lector de su majestad. Los reyes, al igual que tenían otras figuras que les ayudaban a vestirse, a peinarse o demás aspectos privados, tenían a alguien que les leía en voz alta”.

Así, La voz de los libros nos lleva por un pasado en la cual la lectura era un acto más social que individual. “La lectura durante toda la historia de la humanidad ha sido principalmente en comunidad, se ha disfrutado junto a otros”, apunta Riaza. "En la antigüedad, leer era una fiesta. Por ejemplo, en Roma se hacían convocatorias de lecturas en voz alta. De hecho, publicar viene del verbo publicare, que es hacer público, o sea, leer en público una obra.
También en la Edad Media la lectura comunitaria era muy importante. Aunque en los monasterios existían muchos libros, solo podían tener un solo ejemplar de la Divina Comedia, como ocurría, por ejemplo, en la abadía de Cluny en el siglo XII en el sur de Francia. En esa época, en esta abadía había alrededor de 500 monjes. Si tenían que esperar a leerlo en silencio,uno a uno, el último tendría que esperar alrededor entre cinco y seis años. Por lo cual, lo mejor era que alguien leyese en las comidas o en las cenas”.
De hecho, como explica Riaza, muchas obras célebres estaban pensadas no solo para ser leídas, sino para ser escuchadas. “Si leemos a Lope de Vega, si leemos La Celestina, donde en el prólogo te dicen cómo tienes que leerlo en voz alta, o incluso en El Quijote, nos damos cuenta de que lo habitual era que se leyese en voz alta en lugar de en silencio”.
La alfabetización llevó consigo la popularización de la lectura tal y como conocemos hoy, de la que Riaza destaca algunos aspectos. “Puede ser una lectura crítica, reflexiva, más interior. Lo que ocurre es que en la lectura hemos optado solamente por esa parte individual y hemos perdido esa parte social”, apunta. “Queda todavía en el cuento antes de dormir para los niños, que es algo que sí que mantenemos, la lectura en hospitales, en cárceles, a personas mayores, pero a partir del libro lo que reivindico es recuperar esa tradición de lectura en voz alta, por supuesto, seguir leyendo en silencio y de manera individual, pero por qué no sumar actividades, eventos donde podamos leer, como se hacía en la antigua Roma. La voz humana nos da una calidez y unas sensaciones que, cuando estamos leyendo en silencio, no tenemos”.
Libros sobre el placer de contar historias, recomendados por Maribel Riaza
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Donde la protagonista deleita a sus invitados por las noches con historias, en este caso historias orales.
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Donde cuenta la historia de una relación entre un joven y una mujer en la cual leen en voz alta libros cada una de las tardes y es una historia preciosa.
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Porque quizá una relectura con esta nueva visión de cómo se leía en el siglo de oro nos puede descubrir muchas cosas. Cervantes en El Quijote nos ofrece todos los tipos de lectores que existen en ese momento, los lectores orales, lectura en voz alta y el lector silencioso, que es el protagonista.
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Por último, una novedad, Biblioteca Pública, de Ali Smith, que nos vuelve a meter en diferentes historias relacionadas, en este caso, con los libros y las bibliotecas que todos los lectores amamos.